VITURDES CARDINALES

La Prudencia: es la virtud que permite prever y evitar fallas y peligros. Supone buen juicio, cordura y discernimiento, se caracteriza por la moderación, precaución y sabiduría, la que San Martín puso de manifiesto, cuando no se aventuro en continuar la Campaña de las tropas patriotas en el Norte y con precaución y sabiduría - que derivaban de su sólida preparación militar – comienza a delinear otro horizonte para la acción que culminará con el conocido como “el Plan Continental del General San Martín”, esbozado en una carta dirigida a Nicolás Rodríguez Peña el 22 de marzo de 1814 que dice: “ya le he dicho a V. mi secreto. Un ejército pequeño y bien disciplinado en Mendoza para pasar a Chile y acabar allí con los godos. Aliando las fuerzas, pasaremos por el mar a tomar Lima... ese es el camino y no éste, mi amigo. Convénzase V. que hasta que no estemos sobre Lima la guerra no acabará”.
La Justicia
que impone el respeto de todos los derechos y el cumplimiento de todos los deberes, la misma se pone en evidencia en un hecho que involucra a Juan Antonio Melian, que en la batalla de Maipú era teniente coronel graduado, 2do Jefe del Regimiento “Granaderos a Caballo”, gran jinete que acostumbraba cruzar los estribos y montar de un salto y que había merecido del Libertador la comparación con la manera de montar de los indios. Luego de observar esa particular manera de montar lo mando llamar y lo observo por vulnerar los reglamentos y como Melían debía alejarse en una comisión del servicio, le manifestó que al regreso cumpliría un arresto. Próximo a la iniciación de la batalla de Chacabuco el General San Martín “levanto” el castigo para que Melían pudiese batirse al frente de sus hombres, y allí en la lucha el sancionado se desempeñó heroicamente y figuro en el parte de batalla en donde se expreso: “los escuadrones de Granaderos con sus comandantes Melían y Medina, rompieron el ala derecha de las fuerzas españolas”. Antes de finalizar el arresto Melían fue visitado por su Jefe que le manifestó: “vengo a levantarle personalmente el arresto en obsequio a su bravura y como recuerdo le ofrezco a usted estos estribos que yo mismo usé en Bailen. Sírvase de ellos en mi obsequio y verá que para cercenar cabezas godas, nada es mejor ni más conveniente que afirmarse bien sobre los estribos”.
La fortaleza de la que deriva el valor y la abnegación en las resoluciones a tomar y permite vencer el temor y huir de la temeridad, estuvo presente la noche del 20 de septiembre del año 1822, cuando el gran capitán se dirigió al puerto de Ancon abandonando Perú, oportunidad en la que le escribió una carta a su amigo Tomás Guido en uno de cuyos párrafos le dice: “me separo de usted, pero con agradecimiento, no solo por la ayuda que me ha dado en las difíciles comisiones que le he confiado, sino que con su amistad y cariño personal ha suavizado mis amarguras y me ha hecho más llevadera mi vida pública”. Observamos que en ese momento crucial de su existencia , no solo piensa en los pueblos que liberto y faltaba darles su libertad, sino que también dejando de lado esa frustración, que seguramente le produjo la entrevista de Guayaquil, pensó en un amigo, además de la Independencia americana.
La templanza “que permite moderar los apetitos naturales y supone moderación y continencia en el uso de las cosa licitas”, la encontramos en las palabras de despedidas de los peruanos luego de la entrevista con el general Bolívar en Guayaquil, donde les expresa: “Presencie la declaración de los Estados de Chile y Perú: existe en mi poder el estandarte que trajo Pizarro para esclavizar el imperio de los Incas y he dejado de ser hombre público; he aquí recompensado con usura diez años de revolución y de guerra ... Mis promesas para con los pueblos en que he hecho la guerra están cumplidas: hacer la Independencia y dejar a su voluntad la elección de su gobierno. La presencia de un militar afortunado por más desprendimiento que tenga – es temible a los Estados que de nuevo se constituyen. En cuanto a mi conducta pública, mis compatriotas – como en lo general de las cosas – dividirán sus opiniones y los hijos de estos dará el verdadero fallo ....” En esa oportunidad San Martín mostró cabalmente la moderación en los apetitos naturales como podría ser su futuro político y continencia en el uso de las cosas licitas, entre las que podría estar el uso de la fuerza, para disputar el lugar que le correspondía y que voluntariamente abandonaba en Guayaquil, en pos de la Libertad e Independencia de los pueblos.

1 comentario:

  1. Muy completo el tema de las Virtudes Cardinales. Tener en cuenta que junto con los Valores Esenciales, Virtudes Militares y las Cualidades Básicas ... Es sobre las que El Ejército Argentino acentúa su educación / formación profesional !!!


    ResponderEliminar